RECUENTO DESCRIPTIVO SIN MAYORES PRETENSIONES

Me levanto desnudo muy tarde. Bajo a desayunar al bar y leo los periódicos, El País, La Vanguardia y el Sport. Intento hacer algo de ejercicio. Se me ha escapado la mañana, son las tres de la tarde. Tomo una ducha rápida y voy al cine en bicicleta escuchando salsa en mi reproductor. En el cine paso nueve horas al día. Monto películas y las coloco en el proyector. Cuido la maquinaria, las bobinas y los platos. Mi trabajo es poner pelis. En ocasiones accedo yo también a la sala para verlas, pero esto no sucede a menudo. La mayor parte del tiempo la paso en mi despacho de la sala de proyección. Leo mucho. Literatura, sobre todo, aunque últimamente me ha dado también por libros de viajes y ajedrez. A veces vienen amigos a verme (a mí y a las pelis porque así les salen gratis). Hablo con ellos o con la chica del bar del cine, que por cierto no es fea. Compro fruta en la esquina. Vuelvo a leer. Y así van pasando las películas y con ellas las horas. Y así hasta que acaba la última sesión. Ya es medianoche. Apago los letreros y cierro las rejas. Vuelvo a casa en bici sin usar el reproductor. Me gusta escuchar los ronquidos del Paseo de Grácia como un monstruo silencioso en el río disecado. Me desnudo y escribo. Y me acuesto muy tarde.
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