LA SOCIEDAD DEL ESPECTÁCULO
La
cámara grababa ya cuando se presentaron los equipos en la explanada de los
barracones. Se dio el pitido inicial a la hora convenida. Rápidamente la balanza
se decantó del bando alemán y empezaron a llegar los goles. Celebraron hasta
quince, corearon soldados, oficiales y centinelas. En la segunda parte, un
balón suelto llegó de casualidad a los pies de un judío polaco, que chutó y
marcó, casi sin querer. Escuálidos presos celebraron aquel tanto como si algo espantoso
estuviera en juego. Se dio el pitido final y la cámara dejó de grabar. La
película se proyectó en la Convención de Ginebra y Cruz Roja del año 1940 bajo
el título Mauthausen, un campo de trabajo
ejemplar. Nada se supo del polaco goleador.
1 comentario:
la sorpreza sera coñosamente nada esperada
Publicar un comentario