lunes, 9 de diciembre de 2013

Homenaje breve

Uno de los mejores amigos que tengo es escritor y su género predilecto es el epistolar; a continuación copio y pego uno de los tantos mails que me llegan de él a diario, joyas auténticas de la Literatura y de la Amistad:

"Hola, querido amigo Eduardo, cada vez más convertido en discípulo del Guadiana. Esta tarde-noche he pensado en lo absurdo de la vida, he reflexionado acerca del carpe diem que nos han impuesto, y de manera tal, que muchos lo han convertido en norma, y he meditado en la oscuridad equidistante entre la muerte y el sueño sin imágenes (sin visiones oníricas). He leído en la prensa digital cómo un canalla ató a su perro a una piedra, junto a una playa, para que al subir la marea el perro se ahogara. Y el muy canalla lo logró. Aquí haría una excepción: pena de muerte, sin el menor titubeo. Pena de muerte, pero sin fusiles ni balas, dejarlo atado en el interior de una bañera, evitar que se duerma, verter agua caliente hasta que se desangre.
    El ser humano suele ser (hay bastantes excepciones, evidentemente) peor que una víbora. 
    He pensado en la Literatura, en el paro, en carecer de dinero, y he pensado también que son frases conceptuales muy peligrosas porque quienes las expresan parece que están pidiendo limosna.
    Cada vez detesto más a esta gran y ominosa compañía teatral: la sociedad.
    Y si Cristo retornara, nunca se sabe, que regrese con una buena metralleta o una ametralladora con una cinta sinfín.

A. E.

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