En 1930, a orillas del Danubio ocurrió un hecho del que los diarios de la época dieron destacada información. Un joven con intenciones suicidas se arrojó desde un puente; a los gritos de los testigos acudió un gendarme, quién, en vez de lanzarse al agua, apuntó con su fusil al joven y gritó: "¡Sal de ahí o disparo!" El hombre obedeció y salió del agua.
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