7:40h S/C de Tenerife
Suena el despertador. Libreta,
muda de calzoncillos y móvil para sacar fotos. Me visto rápido, hago café.
Desayuno escribiendo estas líneas.
8h S/C de Tenerife – Los
Cristianos
Amanece sobre las lomas
que señalan al Teide, la luz anaranjada en los altos de Güímar. Y el mar como
un plato. Atascos en la autopista a la altura de Las Chafiras. En la radio
dicen que el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, tal vez no llegue a La
Palma, ya que esta mañana los alisios arrastran las cenizas aéreas del volcán
alrededor del aeropuerto. ¿Por qué no se viene en el Ferry?
9h Los Cristianos – La
Palma
Embarcamos, siguiendo las más estrictas medidas contra la COVID, junto a periodistas, bomberos, policías y algunos curiosos en cholas.
Vulcanología en cholas,
casi nada.
En los televisores del Ferry
emiten noticias con imágenes en alta definición tomadas con cámaras de
ultimísima tecnología y representaciones gráficas increíblemente precisas con
tertulianos más o menos cualificados debatiendo y haciendo entrevistas
increíblemente exhaustivas a otras tantas opiniones y puntos de vista.
Microhistorias: unos
perros secuestrados, atrapados entre cuatro muros que les separan de la
corriente de lava, alimentados por drones, a diario, con la esperanza de
sobrevivir.
Titulares: “El volcán, de
nuevo en fase explosiva”, “La lava arrasa 654 hectáreas de la isla”, “Todos
pendientes de la calidad del aire”, “Seis años duró el Timanfaya…”
COVID vs volcán de La
Palma: la mutación infinita del apocalipsis.
Bendita biodramina.
12h S/C de La Palma
Zumo de guarapo de caña y
almendrados en la Recova. ¿Existen otros volcanes en erupción, ahora mismo, en
el mundo? Mi ignorancia supina es reconducida hasta internet, donde una
aplicación con datos informatizados en riguroso directo da cuenta del registro exacto
que demando, sobre un mapamundi: hasta una docena de volcanes en erupción, en
estos mismos instantes. En Puebla, en Catania, en el sudeste asiático, sobre
todo… La vehemencia del planeta no se detiene y no se ha detenido jamás
(nuestros algoritmos sí que se han ido modificando) y, en realidad, la fascinación
que nos procura se diluye ante el abismo imposible de que lo dejara de hacer.
13h S/C de La Palma
Detienen el tráfico
peatonal de la calle Real. Una comitiva de enchaquetados entra a paso firme en
la delegación del gobierno, custodiados por una docena de policías muy serios.
Es Pedro Sánchez, el presidente, que finalmente ha podido volar hasta aquí.
“Era el más alto de todos,
¿no lo viste?… ¡era gigante!”, dice una dependienta de una tienda a otra, la de
la tienda contigua.
Pero si esta mañana
estaba en la sesión de control del Parlamento en Madrid, ¿cómo puede estar
ahora en La Palma? Especulamos: jets privados, conciliación familiar, posibles
“dobles”.
17h Chipi–Chipi
“hay tiempo de comer, hay tiempo de comer sin problema…”
18h Paso del túnel
Ascendemos desde Breña
Alta hasta el mar de nubes, llovizna entre el verde espesor, carretera de
curvas, atravesamos el túnel de la Cumbre para acceder a la cara oeste de la
isla.
“Solo residentes”, a la
salida, pero no hay controles.
Una nube monstruosa de cenizas
nos guía hasta nuestro objetivo, a lo lejos, el foco rojo incandescente en la
montaña.
Inhabilitado cualquier
arcén para aparcar, detenemos el coche en un camino empinado entre casas
terreras de Tajuya. El olor azufre y el humo de cenizas lo invade todo,
incluyendo mi libreta.
Lo observamos sin saber
qué decir (ni escribir).
Trípodes de cámaras y focos, periodistas preparando voces y entradillas (“¿Pero esto es Los Llanos o El Paso?, porque igual nos lo preguntan en directo”). La mejor panorámica es esta, al parecer, la de la plaza de la iglesia. Y se amontona la multitud para asistir con un mutis reverencial a esta hipnosis colectiva de fuego y desmesura.
Piroclastos rodando por el cono, petardazos de magma y humo denso en vertical (“ahí dentro tiene que haber de todo”, dice alguien a mi lado). El sobrecogimiento es el flujo que nunca se detiene: su estricta concepción del tiempo y su reminiscencia de las inabarcables magnitudes de la materia y de la Historia son absolutamente ajenas a nuestra intuición más primaria. En esa displicencia suya está el arrobo del misterio.
19h Tazacorte.
Plataneras y más
plataneras que retan al destino universal: la platanera da una sola piña al año, después fallece… pero le sigue su hijito, que yace a su lado. Y el ciclo
continúa. Hasta no se sabe cuándo.
19:30h Muelle de Tazacorte,
atardecer.
La fajana se extiende junto a Todoque y el faro de las Hoyas, negra carbón y refulgiendo brotes de humo blanco a medida que le gana terreno al mar: el abrazo divino del yin y el yang.
Y el volcán a lo suyo,
desde lo alto de la silueta, sin parar de escupir fuego.
“Seis años duró el
Timanfaya…”
21h La noche
Lo poco que somos.
Y la paradójica sensación
de recogimiento que eso nos procura.
Tantoamorynopodernadacontralamuerte.
3:37h Apartamentos Los Rosales
El mayor movimiento sísmico desde que empezara la erupción, dos semanas atrás, y no nos enteramos. Y no recuerdo tampoco mis sueños.
La isla hinchada quince centímetros
por encima del nivel habitual respecto al mar.
Y se abre una nueva boca en
el volcán.
El volcán que sigue sin nombre.
1 comentario:
La belleza de la Naturaleza vs. el destrozo que genera en nuestros hormigueros…Maravilloso diario de viaje!
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