lunes, 23 de enero de 2012

UN EXPERIMENTO (dialécticas II)

Algunos lugares, canciones, sabores, olores, libros, películas, motos o prendas de vestir, por poner solo unos cuantos ejemplos, nos llevan directos a determinadas personas, a determinadas épocas, a determinadas emociones. ¿Quién no ha olido algún perfume que le lleve directo a algún amor antiguo? El sentido de la memoria en estos casos siempre es hacia atrás pero, ¿qué pasaría al revés?, ¿se pueden proyectar recuerdos al futuro? (solo como experimento). Yo he encontrado el lugar perfecto para llevarme a este instante en el futuro. Me explico: un lugar que, dentro de unos cuantos años, cuando lo vea, piense, “Joder, éste sitio me lleva directo a aquella época” (a ahora mismo, a este instante, a mientras escribo estas líneas). No he estado allí en mi vida eh. Se trata de un lugar inhóspito, sórdido, el cielo es como de Mordor y se parece un poco a esas zonas del estrecho de Magallanes que citaba Cortázar donde no pasa nadie nunca… Es una estación de guaguas. Una estación roja en medio de una autopista. Un lugar entre la nada y ninguna parte, un sitio de paso entre Pinto y Valdemoro (literalmente). Ahí me imagino yo, sentado, esperando. Si yo fuera un lugar ahora mismo sería ESTE

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Conozco varios sitios como ése "donde habita el olvido"

Agustín Enrique dijo...

Entre Pinyo y Valdemoro...Desde luego, lo de Pinto ni pintado...parece un consulado del Sahara...

Agustín Enrique dijo...

Lapsus calami.- Donde dijo Pinyo digo Pinto. Thank you.