lunes, 3 de octubre de 2011

LA INTRATIERRA

Tengo un amigo catalán que es una rata de internet: busca y rebusca indagando todo tipo de asuntos inmundos en la red. El sábado pasado hicimos botellón. Hablamos del Barça y de Werner, del arte subjetivo y de los precios de alquiler de las habitaciones. Casi quedaba la mitad de la botella cuando me habló de la Intratierra. Al parecer todo comenzó en un foro de la ACB. Allí la gente escribe de cualquier cosa, según me explicó mi amigo, no sólo de baloncesto. Se organizan por temas, por ejemplo, tema “arbitraje semifinales liga”, y todo el mundo escribe sobre ese tema, o tema “última peli de Rydley Scott”, por ejemplo, y la gente escribe sobre eso. Bueno, pues uno de los temas, recién fundado, era “La Intratierra”. Así de misterioso, “La Intratierra”. De modo que mi amigo catalán entró y después de leer la historia siguió buscando y rebuscando en la red hasta que por fin halló la única verdad sobre este mundo inmundo.

La Tierra es hueca.

La Tierra es hueca y dentro no hay nada, está el vacío. Es como una pelota sin cámara de aire. Tiene dos aberturas en ambos polos, norte y sur. Son aberturas que comunican ambas Tierras, la Intratierra y la Extratierra (en la que estamos nosotros). ¿Por qué no vemos esos huecos en los polos? Porque nos los tapan. A ciertos poderes -empresas, gobiernos, americanos poderosos- no les interesa que descubramos esta gran verdad. Las imágenes que nos llegan de los polos están trucadas, para que no veamos esos huecos, esas aberturas hacia la Intratierra.

La gravedad no procede del centro de la Tierra, ahí sólo hay vacío. La gravedad procede de la propia superficie, del centro de la propia superficie, de modo que por la otra cara de la Tierra, por la Intratierra, también se puede caminar pegado al suelo, un suelo cóncavo en lugar de convexo.

La Intratierra es un mundo mejor que el nuestro. Sus habitantes son una centena de personas extraviadas y ricos magnates que no quieren que sepamos que están allí, pegándose la vida padre. Los intratarrerestres, en definitiva, son unos pocos afortunados. Los extraterrestres, en cambio, somos una ingente cantidad de desgraciados.

¿Por qué lo sabemos ahora?, ¿cómo y para qué nos ha llegado este conocimiento? Son preguntas no pertinentes. Era insostenible mantener un secreto así por tiempo indefinido. La verdad está aquí y cada cual la gestiona a su manera.

A principios del siglo XX, el Capitán de la Marina Inglesa Alan Scott protagonizó el mayor y mejor documento de toda esta historia. Se trata del único testimonio de alguien que haya estado en ambas Tierras. Al parecer, el Capitán Scott, en acto de servicio durante la Primera Guerra Mundial, se adentró inconscientemente en la abertura norte de la Tierra. Iba buscando el estrecho de Bering por alguna misión especial y se extravió, encontrando sin querer el paso a la Intratierra. Pero no cayó al vacío como quien cae en un barranco. Ya dijimos que la gravedad está en la superficie y, además, hablamos de un camino de bastantes kilómetros para girar sobre sí mismo y acabar en la cara interior. Se trata de un paso gradual, apenas perceptible. El Capitán Scott apenas comprendió que se adentraba en la Intratierra. Observó, eso sí, que su brújula empezaba a dar medidas extrañas y el paisaje de pronto mutaba del frío glacial al verde fulgor de una selva exótica. Animales de formas insólitas salieron a recibirle y los humanos intraterrestres le agasajaron con una fastuosa ceremonia de bienvenida. Le explicaron dónde estaba y de pronto lo entendió todo. Y tomó dos resoluciones, a saber: UNA, desertar del ejército y de la Primera Guerra Mundial (Extraterrestre) y quedarse a vivir en la Intratierra, pegándose la vida padre, y DOS, enviar al exterior de vuelta su Diario de a bordo con un trineo de perros adiestrados o una bandada de palomas mensajeras (sobre este detalle no hay información clara ni conclusiones cerradas, el caso es que llegó a su destino). Más o menos sucedió así.

Literariamente hablando, el Diario de a bordo del Capitán Scott no es ninguna maravilla, reconoció mi amigo catalán, Pero su valor es incalculable, sentenció muy serio, dándole un sorbo a su copa. ¿Lo has leído?, pregunté yo y él no contestó, el muy ciber-rata, sólo dijo, El brillo acecha en los parajes más recónditos, no sabes tú lo que hay en internet… Este es un mundo inmundo, sentencié yo. Y nos quedamos en silencio, mirando la botella vacía de ron como viendo un símbolo o un mensaje insondable. Vamos, dijo uno, Venga, dijo el otro. Y nos fuimos a una discoteca.

8 comentarios:

Agustín Enrique dijo...

Puede llamar la atención que se mencione la Intratierra y la Extratierra. Hay textos que mencionan a algunos dirigentes nazis -Rudolf Hess, entre ellos, y Hess era una especie de visionario...- que condujeron al magnánimo Adolf Hitler a considerar que la Tierra era cóncava. Por lo que se sabe, un famoso militar alemán -de la I Guerra Mundial-, llamado Karl Haushofer, más tarde profesor en la Universidad de Munich, le hizo saber, al siempre incomprendido Hitler, que habían -o algo parecido- intraterrestres. Es más, ciertas aproximaciones a la Tierra pueden derivar a Bieerlandia, como espléndido eco de la mítica Atlántida, país líquido y espumoso. Es el ingenioso Charlez Berlitz, quien aproxima referencias en uno de sus libros, mediante el cual nos acerca a la Atlántida y hace hincapié en la enorme labor llevada a cabo por los submarinos de la antigua URSS. Estamos situados ante dos hipotéticas realidades físicas, esto es, la Intratierra y la Extratierra. Contemplando el globo terráqueo, ¿en qué lugar podrían estar unos y otros? ¿La respuesta está en el viento?, podría interrogar e interrogarse Bob Dylan, famoso cantante y autoautor, del todo extravagante que, hoy por hoy, es millonario en dólares y persona que nos podría invitar a visitar la Intratierra y la Extratierra, exenta de paisajes líquidos y espumosos, contando siempre con la opción de que cada persona pueda surmergirse en el "agua de fuego", es decir, en una futura nueva isla situada en la Atlántida, pero muy por encima. El hecho de que exista más gente es bastante preocupante. Nos creíamos solos y resulta que estamos acompañados, y no por los excecrables Hess & Hitler, sino mal acompañados, bastante y mal, buscadores de nuevas fronteras donde jamás la luz ha superado a las tinieblas. Creo que he sido breve.

Anónimo dijo...

A ver si encontramos alguna entrada más cercana a la Intratierra.
Tiene muuuuy buena pinta!

Anónimo dijo...

Cuando encuentres alguna entrada cercana nos avisas para ver la Intratierra y ver que pinta tiene!

Anónimo dijo...

Le diré a mi amigo catalán que lo investigue!

Anónimo dijo...

Lo bueno de todo esto es que siempre llega un catalan, jolines.

Fernando dijo...

Por Belcebu que estoy preparando unas oposiciones y son tantas las oposiciones que yo ya no recuerdo. Me podeis ayudar? digo

Roberto Fernadez... dijo...

Que soy un amigo del colega lerenda de Fernando y me pregunto yo como poner unas opiniones aqui cuando es jueves y 13. Tambien preparo oposiciones tantas que tampoco me acuerdo como el magete de Fernando. Y donde esta el catalán?

Anónimo dijo...

Quien rie de lo que no conoce, es un idiota o un loco.... o simplemente un borracho... that's all.