domingo, 13 de mayo de 2012

Entrevista en El Perseguidor (suplemento cultural del Diario de Avisos, 24/4/12)


1.- Como lector entiendo Cuaderno Afortunado como un relato de viajes por las siete islas Canarias. Una historia en la que su protagonista busca las raíces en la tierra donde nació. ¿Qué visión tiene Eduardo Delgado Montelongo de las islas?

Una visión entusiasta, pasional. Y persistente. A veces pienso que ser isleño es una de las cosas que más han marcado mi vida, a nivel existencial, se entiende. Pero bueno, quizás es mucho pensar, porque vivimos una vida sola y quién sabe qué nos hubiera marcado en otras circunstancias. Lo único seguro es eso, la pasión, la intensidad.

2.- ¿Cree que Canarias puede verse como una unidad?

Yo supongo que cada cual maneja su propia Canarias en la cabeza y caben mil maneras de verla. Para mí desde luego que sí existe esa unidad. Y podría citar vínculos históricos, geográficos y culturales que aportan evidencias al respecto. Por supuesto que hay diferencias entre las islas, y en algunos casos hasta notables casos de incomunicación, pero me parece que esas diferencias precisamente ayudan a conformar el conjunto, la unidad, es decir, completan el todo con los matices necesarios para darle esa entidad de conjunto.

3.- ¿Qué capítulos del libro le resultaron más difíciles de escribir?

La verdad es que este libro resultó bastante sencillo de escribir. Lo escribí a mano en una libreta, de tirón, sobre la marcha. Luego lo pasé a ordenador y ahí sí, ahí me entretuve algo más en pulir ciertas cuestiones y desarrollar o podar otras tantas. Disfruté mucho durante el proceso, tanto la primera parte, escribiendo en la libreta, como luego, frente al ordenador.

4.- ¿Novela?, ¿diario?

No me interesan demasiado los géneros a la hora de escribir, concibo cada historia con su género particular y exclusivo. Es evidente que las influencias están ahí, y acaban por salir, por emerger y darle forma al asunto, pero digamos que en principio es una cuestión que no solo no me planteo sino que me gusta dejar en el aire, como decisión estética. En este caso concreto, Cuaderno Afortunado fue concebido como guión para un documental cinematográfico, es decir, un documental de creación hecho literatura. Algo bastante poco ortodoxo. Lo que hice luego fue vivir la historia lo más de cerca que pude, dejarme llevar por ella. El resultado final se acerca más bien a un diario de ficción o una ficción basada en hechos reales. Pues bien, etiquetas. 

5.- En la obra hay referencias al pasado legendario de los primeros pobladores de las islas, una visión mítica de los mismos. ¿Por qué pretende el protagonista reflejarse en ellas?

Los aborígenes canarios en Cuaderno Afortunado representan una referencia temporal y de contrastes, básicamente. Y como forjadores de leyendas, también. Resulta evidente que el legado actual de los antiguos habitantes de nuestras islas tiene más componentes míticos y especulativos que históricos pero, en cualquier caso, se trata de un legado valiosísimo que influye en el presente. Y es desde ese presente donde Cuaderno Afortunado encuadra su interés por este tema.
6.- Diario Afortunado bebe, a mi juicio, de una novela fundamental de la generación beatniks, El camino. ¿Conoce la obra de Kerouac o le salió así por instinto?

Conozco la obra de los beatniks, Kerouac, Ginsberg, Burroughs y los demás. Hubo un tiempo en que los leí bastante, y nunca se sabe hasta qué punto habrá podido influir. Pero los leí hace mucho, la verdad. Sí que es cierto que Cuaderno Afortunado, salvando las distancias, tiene algunas similitudes con El camino, sobre todo a nivel de estructura y de ese concepto de road trip. Y sí que es cierto que, al empezar esta historia, me propuse tratar a Canarias como a un territorio maduro, sin complacencias, convencido como estoy de su valor y sus posibilidades, de que no se la tiene que tratar como a un pobrecito, con pena, sino con la garra y la energía que los beatniks usaban para tratar al EEUU que les tocó vivir, valiendo la comparación. Es decir, sin complejos. Con la certeza de que la aventura, en el sentido en que la concibe también Kerouac en El Camino, es algo que está a la vuelta de la esquina, que nos acecha en todas partes. La gente a menudo se va al Machu Pichu o a la muralla China con una Lonely Planet en el bolsillo y se piensa que eso es aventura. Y no lo es. Aventura es dar la vuelta a Tenerife en una vespino, por ejemplo, a través de la carretera general. O ir en un velerito hasta la Gomera. No sé, son ejemplos, se me acaban de ocurrir. A veces leerse un buen libro es la mejor aventura, y además la más barata. Lo que quiero decir es que la aventura está donde estemos dispuestos a encontrarla. Y eso Kerouac era algo que tenía clarísimo. 

7.- Cuaderno afortunado más que contar una historia o historias revela algunos de los momentos que para su protagonista son más intensos, claves. ¿Por qué escogió este tipo de narrativa, acaso no confía en el relato tradicional?

Cuaderno Afortunado pretende ser una historia rellena de muchas historias en su interior, al estilo de las muñecas matruskas. La elección de algunos momentos puntuales para narrar el argumento responde, esencialmente, a una deferencia con el lector, para dejarle ese espacio a rellenar, un poco la máxima famosa de Hemingway de escribir como si se esculpiera un iceberg, dejando lo más importante escondido. La máxima era “lo más importante de un cuento no se puede contar”, creo recordar. Por lo demás, si pudiera o supiera escribir un relato tradicional lo haría, sin ningún pudor. Pero no es el caso.

8.- ¿Qué autores reconoce que le han influenciado?

Cuaderno Afortunado se nutre, esencialmente, de algunos documentales de creación, los cineastas Joaquim Jordá y Werner Herzog, por ejemplo, y la literatura de Roberto Bolaño. Dos influencias más prosaicas y directas: la serie Qué fue de Jorge Sanz y la novela de Juan Villoro Los culpables, una historia parecida a aquel cuento de Córtazar, Casa Tomada, donde el protagonista es desplazado por unas fuerzas misteriosas hacia un lugar desconocido que se parece mucho a la nada…
 
9.- Reside en Madrid, ¿cómo se ve las islas desde la distancia?

Con nostalgia y resignación, quizá con algo de mística. Con una buena perspectiva.

10.- Radiografíe, si la conoce, la literatura que se está produciendo en la actualidad en las islas. En especial la que está trabajando escritores de su misma generación.
Del flujo incesante de novedades que me llegan he leído solo unas cuantas obras y autores sueltos, me falta información para poder opinar con criterio, la verdad.

11.- ¿Cuál es la Canarias ideal para el autor de Cuaderno afortunado?

Esta es una pregunta interesante, pero plantea una respuesta casi filosófica. A mí me gusta Canarias como es, como yo la concibo o la percibo, más bien. Pero claro, si tuviera una varita mágica ni lo dudaba, le quitaba una cosa y le ponía otra: le quitaba el complejo, le ponía más conciencia crítica. Tan solo esas dos cosas. Pero no tengo varitas de ninguna clase y es probable que sea mejor así, de modo que la conclusión es simple: la Canarias ideal para mí es la Canarias que ya existe, la única posible, al menos por ahora.

12.- Cuento o novela. ¿Y qué significa para usted escribir un cuento y una novela?

Ambos géneros son imprescindibles. El cuento es un corte preciso, no puede temblarte el pulso. La novela te permite unas digresiones que van mejor con mi carácter y, además, por las exigencias que te plantea, en cuanto a mantener la constancia, como una carrera de fondo, parece que últimamente logra motivarme más.

13.- ¿Cómo plantea sus textos? Trabaja con un guión definido o apuesta por escribir, que fluyan las palabras a medida que va trabajando en el mismo…

Lo primero es el tema, partir de algo que me interese. Y cuando digo que me interese quiero decir que me vaya a interesar durante un año o más, que es lo que voy a tardar en escribir la obra. Ese tema puede ser un concepto, un lugar, un ambiente, una persona o una profesión, lo que sea. Lo que importa es que me apasione y me vaya a mantener en vilo todo ese tiempo. Lo ideal es que sea un tema que ya conozca, pero no del todo. Me explico. Tiene que ser un tema del que “me crea que sé mucho”, por decirlo de algún modo, pero no sepa tanto, y sospeche que aún me quede margen por explorar. Luego armo un esqueleto con el argumento, una página, más o menos. Ahí esbozo la estructura de la narración, a grandes rasgos, y pongo citas de autores me gusten, para darme ánimos e inspiración. Después me lanzo a rellenar ese esqueleto, parte por parte, capítulo a capítulo, e intento mantenerme lo más fiel posible al plan, sin ser demasiado estricto. Si salen cosas que mejoran el plan, las incluyo. Si hay cosas del plan que sobran, las quito. Una vez hecha la primera versión solo queda revisar de manera obsesiva el conjunto, hasta una docena de veces. Este es mi método.

14.- ¿La literatura que se escribe en Canarias debe huir de su territorio, renunciar a su paisaje?

No lo creo. Si entendemos al paisaje como la realidad circundante, a todos los niveles, no solo geográfico o natural sino social, por ejemplo, la respuesta es no, un no rotundo. Lo que debería, al menos para mí, es precisamente apresar ese paisaje o tomarlo como referencia, pero sin caer en los maniqueísmos, en lo bonitas que son nuestras islas y en el sol tan hermoso que tienen, sino ir más allá, ahondar en el paisaje más profundo: el paisaje humano.  

15.- ¿Por qué cree que los escritores de las islas son tan reacios a mirar su realidad?, ¿miedo a que no sean asumidos por otros lectores que radican en otras partes?

Bueno yo sobre este tema comparto algunas opiniones polémicas con el escritor gran canario Víctor Ramírez. Creo firmemente en un complejo canario atávico, casi fundacional, ese complejo de cola de león que nos lleva a ser apocados y miedosos en algunos aspectos, a no creernos que nuestra realidad es igual o más válida y valiosa que cualquier otra. Ese complejo queda reflejado para mí en planteamientos del tipo “y de qué vamos a vivir” o “el canario habla mal castellano”. Es algo muy nuestro, algo que viene de la historia de Canarias desde la colonización, de esa concepción auxiliar que se nos ha dado interpretar. Y me refiero a cuestiones morales, culturales, profundas. Evidentemente el canario está muy orgulloso de sus islas, porque esa belleza natural nunca le ha sido negada (por conveniencia, probablemente), pero le falta el orgullo para zafarse, para no ser loro, para ser actores de nuestra propia película y no meros figurantes.
 
16.- ¿Considera que hay características comunes entre los escritores de su generación que están apostando por la literatura desde estas islas?

Lamentablemente me falta conocer más a los escritores de mi generación para poder dar una opinión al respecto.

17.- Se habla siempre del mar, de isla entre los narradores canarios. Estos temas los encuentro muy presentes en Cuaderno afortunado, ¿hasta que punto le han marcado?

El influjo de esa poética es evidente, ya digo, ser isleño es una de las cosas que más han marcado mi existencia, a todos los niveles.

18.- Aprecio también cierta sensación de desarraigo, de exilio interior del protagonista.

Mi novela en cierto sentido es un experimento de la percepción, un esfuerzo por mirar algo que ya está muy visto pero con otros ojos. La idea central de Cuaderno Afortunado era ésa, un redescubrimiento. Para lograrlo había que mantener cierta distancia, no caer en las tentaciones de la alabanza o el descrédito. Me propuse tratar las cosas de manera aséptica, sin predisposiciones. Tal vez por eso al lector que se adentra en las páginas de mi historia le desconcierta esa neutralidad, esa falta de pronunciamiento, de afiliación a alguna causa. Pero, aunque suene pretencioso, era justo lo que pretendía transmitir.

19.- La última, ¿está trabajando en alguna nueva obra? ¿Podría adelantarnos algo de la misma?

Este mismo año me publicarán una novela de piratas que escribí hace tiempo, Johanna. Pero en lo que estoy trabajando ahora es en una historia sobre el porno. Una novela negra sobre el porno, ambientada en Europa del Este, Praga, Budapest, Bratislava. Ya estoy metido en ella, hasta el fondo, me tiene en vilo. 

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Sr. Montelongo, ¿veremos algún día el documental de Cuaderno Afortunado?

Eduardo Delgado Montelongo dijo...

¡El documental es el libro!

Anónimo dijo...

vamos ha verlo Sr. Montelongo vamos ha verlo

Anónimo dijo...

dice que el documental es el libro pero lo dice algo asi como enfado al decirlo

Anónimo dijo...

bueno tal ves tenga usted razon al decir lo que dice