martes, 15 de julio de 2014

EL ESPECTÁCULO INIGUALABLE DE LA BÚSQUEDA DE UNO MISMO

El tipo al parecer estaba tomándose el segundo cortadito de la mañana cuando reparó en que la cosa iba con él, mejor dicho, por él. Era domingo, Agosto, mucho sol y mucha gente, tenía el periódico abierto por la página de deportes. Una lancha cruzó a toda velocidad desde la montaña para enfilar las aguas profundas, vio patrullas de policías nacionales y locales alejando a la gente de la zona. Se escuchó llegar a un helicóptero de salvamento. Presenció todo aquel espectáculo del ir y venir de agentes y civiles alarmados sin saber muy bien el motivo pero absorto en el despliegue. No se preguntó por la causa, presenció aquellas maniobras en la playa como quien presencia una coreografía carnavalesca o un desfile militar, entretenido, apurando su cortadito, leyendo los fichajes del verano en la terraza contigua al paseo marítimo. No se lo preguntó hasta que finalmente lo hizo, pasadas casi dos horas y media, ¿por qué tengo nueve llamadas perdidas de mi mujer?, no le dije que venía al bar, ¿se habrá preocupado porque no se nadar? Efectivamente, le estaban buscando a él: contemplaba su propia búsqueda. La factura de la cabalgata fue cuantiosa pero, en cierto sentido, al menos la disfrutó.

No hay comentarios: