martes, 30 de julio de 2024

Rodrigo García, Aproximación a la idea de desconfianza

Una vez me marché de un hotel sin gastar todos los frasquitos de gel y de champú que ponen en los hoteles (lo que se dice exprimir hasta la última gota de cada frasquito y otras cosas que te ponen en los hoteles para ser exprimidos, ya que al final te los cobran) y lloré durante semanas.

La tristeza aparecía no sin motivo. Aparecía por NO HABER LLEGADO HASTA EL FINAL de cada cosa que me he cruzado.

Da igual si el cuerpo de un amante, un libro, un paseo en el monte por la noche sin ayuda de las estrellas o los putos frasquitos.

Hay que agotar lo percibido y en esa tarea agotarte y no tener miedo de palmar con las manos en la masa, cardíaco: morir con las manos sucias y cuanto más irreconocibles los jugos, la materia, mejor, por asquerosos y excitantes.

No hay comentarios: